Geografía dialéctica

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¿Qué es la Geografía "dialéctica"? 1/

Antecedentes
Por José C. Martínez Nava

La Geografía es la ciencia del espacio terrestre y no necesita de adjetivos, pero esta vez utilizamos el adjeitvo de "dialéctica", no para imitar a los geógrafos empíricos en sus famosas "geografías" (de la población, económica, social, física, biológica, etc.), sino al contrario para separarla de aquellas y de sus conclusiones empíricas, que se hacen pasar como la teoría de la Geografía. Y, es que sucede que la Geografía dialéctica es la teoría del conocimiento geográfico de corte materialista dialéctico, y no la unilateral, parcial, idealista, subjetivista, revisionista de los geógrafos oficiales de casi todo el mundo.

 

Los geógrafos oficiales piensan que el marxismo ha sido superado porque supuestamente han caído los regímenes de los países europeos que ensayaron el socialismo, cosa que es completamente errónea y distorsionada. Todo el mundo debiera saber que el materialismo dialéctico es la filosofía del marxismo y, espontáneamente, de todas las ciencias naturales y sociales. Cuando dicha filosofía se convierte en método de estudio, de análisis, de investigación es cuando sus postulados fundamentales son aplicados y desarrollados dentro de un sector del saber científico o político, aplicación que ayuda a resolver los problemas de un modo coherente y científico y no deambular en las marañas del proceso cognoscitivo, cayendo espontáneamente ya en el idealismo ya en el materialismo, ya en otras corrientes dualistas, sin atinar a reflejar certeramente a la realidad objetiva.

 

La Geografía dialéctica se separa filosófica y científicamente de esas "geografías", pero no las niega tajantemente, sino que las niega de modo dialéctico; es decir, que las contiene y las supera, lo que significa que toma lo mejor, lo más científico y certero de los resultados de las investigaciones empíricas y les da forma y las pone de pie mediante la teoría geográfica. La dialéctica aplicada a la Geografía es la única que explicación que no sólo pone orden a los conocimientos empíricos obtenidos a lo largo de la historia de la Geografía, sino que resuelve los problemas teóricos fundamentales de esta ciencia. En primer lugar, organiza los conocimientos geográficos mediante los conceptos fundamentales de esta disciplina, las teorías, los postulados, las hipótesis, los intententos de soluciones de muchos tipos, define científicamente su objeto de estudio (el espacio geográfico o espacio terrestre), y comienza a desarrollar, a la luz de los nuevos tiempos, su posible aplicación o transformación de dichas teorías en la realidad práctica de los seres humanos.

 

Por lo tanto la dialéctica aplicada a la Geografía no es un peldaño solamente del proceso del conocimiento científico de esta ciencia sino que, además, es un proceso que está por hacerlo crecer, desarrollando más y más el saber, enriqueciéndose con ideas correctas que reflejen el espacio terrestre tal cual es, sin inventar ni invadir otros campos del saber. Ya que la indefinición del objeto de la Geografía en su historia, fue la causante del poco crecimiento científico de esta disciplina de conocimientos, ahora se cuenta con las armas teóricas, filosóficas y científicas para desarrollarla a nuevos escalones en la infinita cognición de la realidad por la humanidad.

 

La teoría del conocimiento materialista dialéctica nace en México definitivamente, pues no hay en ningún otro país intentos decididos por poner de pie a esta ciencia, dado que los geógrafos seguían desarrollando el conocimiento solamente empírico a través de las viejas "geografías", muchas de las cuales o muchas de sus apreciaciones son de carácter idealista subjetivo. Y sí, esta ciencia es, por la naturaleza de su objeto de estudio, una tierra fértil para ser invadida por el neopositivismo, el positivismo hipócrita y ambivalente, y por las demás corrientes idealistas subjetivas, que han dañado evidentemente el desarrollo de sus conocimientos.

 

No hay lugar en el mundo en donde no haya conclusiones geográficas subjetivistas, o que haya supuestos materialistas pero parciales, alejados de la ciencia. Pero han existido ideas que, aunque idealistas, han servido para desarrollar el materialismo dialéctico única posición que es adversaria de todas aquellas distorsiones. En la Geografía aunque no se sepa ni se acepte hay lucha partidista, lucha filosófica, lucha teórica, lucha científica, pero la única cosmovisión opuesta a todas las demás corrientes es la dialéctico materialista, de ahí que se le combata gratuitamente, se le niegue, se le distorsione, se le lea sin entenderla absolutamente nada. Esta cosmovisión, evidentemente ha sido desterrada oficialmente de los centros de estudio e investigación geográfica, y sólo ha quedado supeditada a voluntades personales en México.

 

La Geografía dialéctica nació, insistimos, en México con las obras y las ideas aportadas por dos geógrafos mexicanos: Luis Ignacio Hernández Iriberri y el autor de estas líneas. Tiene como antecedentes mexicanos al aporte no sistemático y sí a cuentagotas que encontramos en las obras de algunos geógrafos espontáneamente materialistas o dialécticos y en las obras publicadas de Ángel Bassols Batalla. Desafortunadamente ellos, algunos autonombrados marxistas, no supieron visualizar la importancia del materialismo dialéctico como única arma científica para luchar contra las ideas reaccionarias e idealistas de cientos de geógrafos en todo el mundo, y prefirieron enfocar sus esfuerzos hacia terrenos políticos o sociales, cirticando desde ángulos "marxistas" del materialismo histórico y de la Economía Política a los demás geógrafos, pero al final sus esfuerzos fueron estériles, pues ese era un trabajo posterior del de resolver los problemas clave de la ciencia geográfica: existencia y naturaleza del espacio terrestre, el proceso científico del conocimiento geográfico, distinción y relación de los niveles del conocimiento e investigación geográficos, aplicación o materialización de la teoría en la práctica socio-histórica, y muchos más.joss45-1-.jpg

 

Al contrario, aplicando e intentando desarrollar a la dialéctica materialista dentro del conocimiento geográfico, concretizarlo como un primer intento de acercamiento a la verdad objetiva del espacio terrestre y de su ciencia, se concluye que el espacio es una realidad objetiva, que el espacio terrestre no es el conjunto de objetos y fenómenos de la Tierra y ni siquiera de sus relaciones mutuas, sino una de las formas fundamentales de existencia de estos objetos y fenómenos terrestres; el conjunto o sistema de sus relaciones espaciales físico materiales y de sus propiedades naturales y sociales de carácter espacial: localización, distribución, extensión, límites, figura espacial, simetría y asimetría, equilibrio espacial, geometría de  sus posiciones, situaciones y accesibilidad, topología de sus propiedes, topografía de sus cualidades, etc.

 

Se logra así la unificación del conocimiento geográfico mediante la aceptación, definición rigurosamente científica del elemento unifador de los supuestos temas geográficos de corte empírico que se basaba en los procesos materiales, en los modos de movimiento de la materia terrestres, y fijarlo sólo en ese elemento: el espacio. El espacio terrestre es el único material, la única propiedad material que los geógrafos estudiamos y ningún otro especialista. Y aún estamos muy lejos de esclarecerlo por la falta de investigaciones empíricas al respecto, dado que los institutos de investigación de Geografía en todo el mundo todavía se centra en la investigación de los objetos y fenómenos en todas sus relaciones y propiedades, y no sólo en la propiedad y relación espacial entre ellos.

 

Las relaciones y propiedades espaciales, por si fuera poco, no son simples ni fáciles de indagar, dado que, de entrada, carecen de las cualidades de los modos de movimiento material, pues son formas de existencia. El espacio, como forma de existencia de la materia terrestre posee cualidades desconocidas científicamente hasta hoy, aunque visualizadas en todas las "geografías" de los empíricos. No son propiedades y relaciones, como por ejemplo las que posee el modo químico de existencia, o el biológico, las cuales poseen sus rasgos muy bien estudiados, sino propiedes y relaciones de carácter físico, matemático, geométrico, topográfico, topológico, tridimensional en su liga con la dimensión del tiempo lo que pone en movimiento en muchos sentidos el desarrollo propiamente espacial. El espacio se transforma no sólo por la interacción dialéctica de los objetos y fenómenos terrestres caracterizados, sino a través también de la gravedad, y de otras fuerzas físicas determinadas, de las interacciones entre las cosas, que distorsionan y hacen cambiar las regiones, las áreas, los sectores del espacio terrestre. Y se suma, además, la transformación que la humanidad hace de la naturaleza, la que imprime velocidades de movimiento mayores y menores, procesos antes no existentes a la aparición de la sociedad organizada humanamente.

 

No son las relaciones naturaleza-sociedad las que investiga el geógrafo ni las que siquiera son de mayor importancia dentro de la Geografía del tercer milenio, sino todo tipo de relaciones y propiedades que desarrollan y mueven las características del espacio geográfico, del espacio terrestre, un espacio físico material con existencia objetiva en sus contradicciones estructurales, formativas, asociativas, distributivas, de contenido material completo, de formas diversas espaciales, de formaciones de características especiales, de su influencia en los modos de movimiento de la materia, en su intervención en las propiedes naturales y sociales, de cómo el espacio coacciona y se convierte en factor de cambio de las propiedades de dichos modos de movimiento, etc.

 

Todo este conocimiento organizado y puesto de pie, aunado al conocimiento empírico de la Geografía que ha sido sistematizado en teorías geográficas, sienta las bases de la ciencia geográfica de los nuevos tiempos, con una teoría del conocimiento acorde con la realidad objetiva y con el proceso del conocimiento, organiza todos los saberes dispersos y sin sentido, y los conjunta en una ciencia que compita y que se aplique en los procesos sociales y en las nuevas formas venideras de organización humana más justa. A grandes rasgos esta es la que llamaremos, por lo pronto, Geografía dialéctica, que desarrollamos desde la clandestinidad menos oficial.

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